El Brooklyn Zen Center y el Brooklyn College Community Partnership, impulsan el Proyecto Juventud Despierta, sesiones de meditación semanales para estudiantes de secundaria con objetivo de ayudarles a gestionar los desafíos en una ciudad de por sí difícil como Nueva York.
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Alumnos de secundaria meditando en el
Brooklyn Zen Center una reciente tarde, bajo la miradadel director del centro, Greg Snyder (con camiseta gris). Foto: Marilynn K. Yee/The New York Times |
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Ahora, Snyder está asumiendo la tarea más difícil de enseñar meditación a estudiantes-delincuentes de nivel 1, que son los que están más expuestos a ser detenidos o suspendidos de clase porque inician peleas o causan problemas en la Bushwick High School. Los administradores de la escuela aprobaron el programa el 5 de abril y planean comenzar en las próximas semanas.
A los estudiantes problemáticos se les da opción entre un
castigo tradicional o bien participar en el programa de meditación, en el que
Snyder les enseñará cómo meditar, a comprender sus emociones pasajeras y a
reducir su comportamiento impulsivo. También se tiene la intención de llevar el
programa a otras escuelas.
Snyder forma parte de un creciente grupo de educadores,
profesionales y legisladores que presionan por reemplazar las tácticas
disciplinarias en las escuelas públicas ya que, según ellos, no mejoran el
comportamiento y orientan de manera desproporcionada a esa minoría de
estudiantes, situándolos aún en una situación de mayor desventaja académica.
"Si la detención o la suspensión fueran efectivas,
uno esperaría que esos índices disminuyeran durante el año escolar", dice
Russell Skiba, profesor de Psicología Educativa en la Universidad de Indiana.
"La suspensión no cambia nada. No enseña a los muchachos algo por lo que
deban cambiar su comportamiento".
El grupo extraescolar del centro fue creado por Steward,
una estudiante de la Jefferson High School de New York Este que se afilió al
centro a través de una pasantía remunerada por el Brooklyn College Community
Partnership, aunque a ella no le fue asignado como servicio comunitario si no
recomendado por un profesor de su escuela de secundaria. Comenta que
inmediatamente se sintió atraída por la meditación, y que quiso incluir en la
actividad a sus compañeros.
"Te das cuenta y averiguas qué clase de persona eres
en realidad", dice Steward. "Siempre he sido feliz, pero ahora creo
que estoy segura".
Steward, que vive en Bedford-Stuyvesant, Brooklyn, es uno
de los seis hijos de una madre que trabaja con discapacitados mentales. Dice
que la meditación la ayuda a lidiar con las tensiones en la escuela y con su
madre en casa.
"Es difícil, porque tiene que ir a trabajar con
ellos y luego regresa con nosotros", dice Steward. "Quizá hace un
año, me hablaba de ello y yo tenía una mala actitud, pero ahora lo dejo pasar a
través de mí y lo acepto". (Ella escribió un breve ensayo para una página
web sobre el Centro Zen, “Siéntate”, tras una sesión de meditación de una
jornada celebrada un sábado para recaudar fondos para el Proyecto Juventud
Despierta).
Los defensores de la meditación no la califican como si
fuera la panacea, pero sí que vale la pena intentarlo.
ENLACES:
Artículo completo traducido en WEB TRAINING TO RISE: http://www.to-rise.net/BLOG-Actualidad
Artículo original en inglés en THE NEW YORK TIMES: http://cityroom.blogs.nytimes.com/2012/04/15/in-place-of-detention-brooklyn-program-offers-troubled-students-inner-reflection/
WEB BROOKLYN ZEN CENTER: http://www.brooklynzen.org/
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