Un estudio del Instituto de Neurociencia de Harvard dice que la práctica de la meditación puede modificar la estructura del cerebros favoreciendo un grosor del córtex, implicado en importantes funciones cognitivas como la memoria, la atención, la conciencia perceptiva o el lenguaje. Según dicha investigación, se paliarían algunos de los efectos del envejecimiento que afectan a nuestro cerebro.
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La ínsula, con un círculo verde a la izquierda, y las áreas prefrontales, rodeadas en azul a la derecha, eran más gruesas en los meditadores. |
Científicos
de Harvard Medical School han descubierto
que una práctica regular de la
meditación también puede alterar la estructura de nuestros cerebros. Un
equipo dirigido por Sara Lazar Ph.D.,
neurocientífica en el Massachusetts
General Hospital y profesora de psicología en la HMS, han observado que la meditación
aumenta del grosor de las regiones del
cerebro asociadas con la atención y el procesamiento de la información
sensorial. Utilizando imágenes de resonancia magnética (MRI), el grupo de
la Dra. Lazar evaluó el grosor del
córtex cerebral en 20 personas con amplia experiencia en la meditación interior, una forma de meditación que centra la atención en
las experiencias internas.
Aunque
anteriores investigaciones en monjes ya demostraron que la meditación puede conducir a largo plazo a una alteración de las
ondas cerebrales, el equipo de la Dra.
Lazar ha lanzado la hipótesis de que a
largo plazo la práctica de meditación también puede dar lugar a cambios en la
estructura física del cerebro, posiblemente debido a un mayor uso de regiones
específicas del cerebro. De hecho, se ha encontrado que las regiones del
cerebro asociadas con la atención, interocepción (sensibilidad a estímulos que
se originan dentro del cuerpo), y el procesamiento sensorial eran más gruesas
en los practicantes de meditación de
lo que eran en otros controles paralelos. Estas áreas incluyen el córtex pre
frontal, que es responsable de la planificación de comportamientos cognitivos
complejos, y la ínsula anterior derecha, que se asocia con las sensaciones
corporales y las emociones.
Según
la Dra. Lazar, "las regiones del cerebro asociadas con la
atención y el procesamiento sensorial resultan ser más gruesas en los
meditadores que en otros controles. Estos resultados proporcionan la primera
evidencia de que existen alteraciones en la estructura cerebral asociadas con
la práctica de la meditación”.
La meditación y
la capacidad cognitiva
El
córtex cerebral, formado por cuatro lóbulos (occipital, parietal, temporal y
frontal), está implicado en muchas funciones cognitivas de orden superior, incluyendo
la memoria, la atención, la conciencia perceptiva y el lenguaje.
En
apoyo a la hipótesis de los investigadores es el hecho de que el patrón de
engrosamiento cortical se corresponde con las actividades específicas que los
practicantes de esa meditación
introspectiva a la que se dedican repetidamente a lo largo del tiempo:
prestando atención a la respiración y a la sensación de los estímulos
sensoriales. A la mayoría de dichos
meditadores les crece el grueso del córtex. Ella lo compara con
levantamiento de pesas para formar músculos más grandes y fuertes.
Envejecimiento,
meditación y cerebro
Quizás
uno de los aspectos más intrigantes de la investigación de la Dra. Lazar es el hallazgo de que el
grosor cortical estaba más pronunciado en los sujetos de mayor edad. Un número
de factores, incluyendo la edad, el sexo y la genética, influyen en el espesor
de la corteza cerebral humana, aunque la edad es el factor principal. A pesar
de los efectos del envejecimiento en el córtex pre frontal, la Dra. Lazar y su equipo encontró que el
espesor medio cortical en dos regiones del córtex en meditadores de 40-50 años
de edad era similar al espesor medio de los demás sujetos de control de 20-30
años de edad. Esto sugiere que la
meditación puede ralentizar la velocidad de degeneración neuronal en
ubicaciones específicas de la córtex.
LEER TODO EL ARTÍCULO TRADUCIDO en
web Training to Rise
http://www.to-rise.net/BLOG-Actualidad/
LEER ARTÍCULO ORIGINAL “Growing the Brainthrough Meditation”, en Harvard Mahoney Neuroscience Institute
http://www.hms.harvard.edu/hmni/On_The_Brain/Volume12/OTB_Vol12No3_Fall06.pdf
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